martes, 23 de octubre de 2018

Desarrollo Estabilizador 1954-1972

•Adolfo Ruiz Cortinez
•Adolfo Lopez Mateos
•Gustavo Diaz Ordaz



El desarrollo estabilizador o Milagro mexicano fue un modelo económico utilizado en México desde 1940 hasta 1970.[1]​ Las bases de este modelo radican en buscar la estabilidad económica para lograr un desarrollo económico continuo, la estabilidad económica se refiere a mantener la economía libre de topes como inflación, déficit en la balanza de pagos, devaluaciones y demás variables que logran estabilidad macroeconómica. El periodo en el que se manejó el modelo en la economía nacional abarca los sexenios de Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz.
En 1946, con el fin de la segunda guerra mundial las exportaciones de Estados Unidos hacia México aumentaron considerablemente, teniendo como resultado un saldo desfavorable para el Banco de México y sus divisas, generando un proceso de inflación. El gobierno de Miguel Alemán buscó combatir la inflación mediante el incremento de la producción agrícola e industrial a través de la sustitución de importaciones, modelo económico basado en poner limitaciones a las importaciones y crear facilidades a la producción y venta de mercancía nacional.

Sin embargo hasta 1948 las importaciones siguieron creciendo al igual que la inflación, generando un desequilibrio en la balanza de pagos de México. El gasto público fue destinado a lo largo del sexenio a incentivar el crecimiento económico, a costa de reducir el gasto en bienestar social. Para 1950 la inflación no había decrecido, las grandes inversiones gubernamentales y el control de salarios causaron que el mercado interno se estrechara y que la inflación aumentara.

En los comienzos del periodo del desarrollo estabilizador, México era el reflejo de un país afortunado y privilegiado, debido a su crecimiento económico sostenido, la estabilidad de precios, y una tasa media de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) de 6.56 %; el PIB por habitante creció año con año en 3.74 % y la Inversión Fija Bruta por habitante lo hizo en poco más de 6 %. Sin embargo México empezó a vivir envuelto en un proceso inflacionario; en los años 1970 el país reveló déficit social, la producción industrial llegó a su límite con la política de sustitución de importaciones. El campo se hizo dependiente de los subsidios oficiales y no alcanzó a industrializarse (hubo un déficit social). El Estado rompió los equilibrios fiscales con aumentos en el gasto y el estancamiento de los ingresos. Y finalmente la inflación tronó la economía (situación aprovechada por los grupos empresariales para increpar al gobierno y fortalecer su poder): provocando así la crisis de 1976 y dejando que la inflación alcanzara el 18 %.

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